Filosofía con niños

Fundamentalmente, nada diferencia la filosofía con niños de la filosofía con adultos. Pero el simple hecho de hacer la experiencia del ejercicio de la filosofía con niños en su más temprana edad nos invita a repensar lo que constituye el gesto filosófico, las condiciones mismas de posibilidad del filosofar, es decir a intentar captar de la manera más ajustada posible lo que constituye la substancia de esta práctica, una vez extraída de su envoltura de formalismo y erudición.

 

Filosofar en primaria

¿Qué pinta la filosofía en la escuela primaria? Sea bajo una mirada favorable o sea ésta crítica, la mayoría de los que oyen hablar de esta iniciativa se quedan perplejos y se plantean la pregunta. ¿En qué puede consistir esta actividad con unos niños de tres a once años, si los jóvenes de dieciocho tienen bastantes dificultades con esta materia extraña de reputación más que dudosa, ofreciendo resultados no especialmente buenos? Pero planteémonos la pregunta de otro modo: ¿No es demasiado tarde empezar a filosofar a los dieciocho años?

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Saber lo que se dice

Hay un obstáculo recurrente que impide comprender la naturaleza y los retos del ejercicio filosófico cuando toma la forma de un diálogo. Es el que consiste en pensar que filosofar  es lo mismo que expresarse, comunicar, o defender una tesis. Si es posible llevar a cabo un intercambio filosófico bajo diferentes formatos, incluidos los que acabamos de mencionar, nosotros deseamos trabajar la idea de un discurso filosófico como un discurso que se capta a sí mismo, que se ve a sí mismo, que se elabora de manera consciente y determinada. Partimos del principio de que filosofar no consiste únicamente en pensar, sino de pensar el pensamiento, pensar el propio pensamiento.

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La naturaleza del filosofar 

En todo ejercicio no siempre es fácil distinguir las exigencias de fondo de las exigencias formales, ni relacionar las reglas formales con las competencias que hay que trabajar. Sin embargo, intentaremos describir nuestros ejercicios distinguiendo lo mejor que podamos aquello que pertenece a una y a otra característica, para comprender lo que depende del espíritu y lo que depende de la letra. Por ello, nos parece esclarecedor en este punto adelantar desde el principio una tesis sobre la naturaleza del filosofar, puesto que las reglas de funcionamiento no son más que la puesta en práctica —más o menos exitosa— de un proyecto teórico. Aunque no podemos negar el hecho de que, a causa de esta puesta en práctica, la teoría pueda sufrir a su vez una inflexión de sus éxitos y fracasos.

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Libro de referencia: La práctica de la filosofía en la escuela primaria

¿Qué pinta la filosofía en la escuela primaria? Sea bajo una mirada favorable o sea ésta crítica, la mayoría de los que oyen hablar de esta iniciativa se quedan perplejos y se plantean la pregunta. ¿En qué puede consistir esta actividad con unos niños de tres a once años, si los jóvenes de dieciocho tienen bastantes dificultades con esta materia extraña de reputación más que dudosa, ofreciendo resultados no especialmente buenos? Pero planteémonos la pregunta de otro modo: ¿No es demasiado tarde empezar a filosofar a los dieciocho años?

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